1)Queridos hermanos de las parroquias y de la Pastoral Vocacional:
“La cosecha es abundante pero los trabajadores son pocos. Rueguen al Dueño de los sembrados que envíe más trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío…” (cfr. Lc. 10,2-3). Así escuchamos que nos decía Jesús ,hace unos domingos atrás ,en la Liturgia de la Palabra. Si el mismo Jesús vio una cosecha abundante…¡¡cómo no seguir su pedido de rezar para que haya más obreros y así no se malogre el fruto de los sembrados!!
Con este firme propósito volvemos a encontrarnos a través de este medio para seguir reuniendo nuestros esfuerzos y súplicas al Señor de la mies, se pueda abundar en cosecha para la Vida Eterna y muchos tengan parte en la Vida del Cielo.
Les comparto algunas informaciones muy importantes:
-Jornada de Celadores y Celadoras: se va a realizar el próximo domingo 19 de septiembre en el Seminario.
A las 11: 00 hs. se celebrará la Santa Misa, y luego del almuerzo a la canasta, el grupo de teatro integrado por seminaristas, representará una obra. Finalizada la misma haremos unos minutos de adoración al Santísimo como cierre de la Jornada. Están todos invitados y si alguien quiere sumarse a la Obra de las Vocaciones de la parroquia puede hacerlo ese día; o también podemos invitar a otros. Desde ya rezamos por los frutos de dicho encuentro. ¡Celebremos con alegría ese día yendo al seminario para compartir la fe con nuestros futuros pastores y conocer más a los seminaristas!
-Retiros vocacionales: el P. Marcos Salarín nos hace conocer las fechas de los dos retiros para los jóvenes que tengan dudas o inquietudes sobre el llamado que Dios pueda hacerles a seguir la vida sacerdotal. Se realizarán los días 3,4 y 5 de septiembre y 5,6 y 7 de noviembre en el Seminario. Ante cualquier consulta pueden llamar al P. Marcos (4917396)o a mí(03476-494258 o también dirigiéndose a daluro73@yahoo.com .ar ). (Se necesita la presentación del cura párroco)
En este boletín compartimos la palabra del P. Darío Lambertucci, vicario de la pquia. “San Martín de Porres” de Rosario, que nos habla de la historia de su vocación y de su ordenación que todos celebramos el día del Sagrado Corazón de junio pasado. ¡Que Dios nos conceda nuevas vocaciones como lo llamó a él!
P. David Rogani
Entrevista al P. Darío Lambertucci, recientemente ordenado sacerdote
-¿Cómo fue el llamado que recibiste del Señor?-Hoy, puedo mirar mi vida hacia atrás, y ver cómo Dios desde pequeño me fue atrayendo con lazos de amor. Mis padres (que no eran de ir a misa o de rezar conmigo) por gracia de Dios me enviaron a un colegio parroquial, donde desde niño empecé a conocer y amar a Dios. Así mi vida de fe y de oración fue creciendo. Luego fui coordinador de monaguillos, donde el estar cerca del altar y de los sacerdotes me fue cultivando día a día. También participé de la Renovación Carismática donde he aprendido entre tantas cosas la cercanía y la escucha de la Palabra. Así cada día preguntaba al Señor que quería de mí hasta que en el año 2001 sentía muy fuerte el llamado de Dios a seguirlo.
-¿Cómo se vivió esto que experimentabas entre tus familiares y amigos?- En la familia fue muy difícil, pero nunca encontré su negación .Aunque no estaban de acuerdo, siempre me dieron libertad y su apoyo incondicional. Dios con el tiempo fue obrando en sus vidas y cambiando sus ideas hasta que en el día de hoy están muy felices de tener a su hijo sacerdote. En lo que respeta a mis amigos, gracias a Dios, siempre me han dado su apoyo y nunca me han dejado de lado .Al contrario siempre muy bien con ellos.
-¿Qué considerás que fue muy importante para tu propia historia vocacional?-En mi propia historia vocacional fue muy importante el colegio “José Razzetto” que ha sido un gran instrumento que Dios ha utilizado para hacerme conocer su amor y su voluntad. También fue muy importante el ejemplo de los sacerdotes de mi comunidad. Realmente en cada uno de ellos fui aprendiendo muchas cosas, la fidelidad, la entrega, la alegría de ser instrumentos de Dios, etc. Y por supuesto la oración de tantísimas personas que a diario rezan por las vocaciones.
-¿Cómo pueden resumirse los años de Seminario y la formación al sacerdocio?-Los años del Seminario fueron un estar con Jesús para luego poder ser enviado a mis hermanos. Han sido años de muchas gracias y bendiciones, donde he podido crecer en mi amor y mi entrega a Jesús, en mi vida espiritual y como persona… En el Seminario he vivido ocho años de alegrías y cruces, pero sobre todo puedo decir que he encontrado otro hogar, donde los sacerdotes han sido verdaderos “padres” y los seminaristas mis hermanos, con muchos de ellos hoy somos hermanos en el sacerdocio. Cada vez que regreso, experimento que es un regreso a casa.
-¿Qué cosas destacarías del día de la ordenación? ¿Qué vivencias fueron más importantes en ese día y en el de tu primera misa?-Es difícil expresar con palabras el paso de Dios por mi alma. Lo que sí puedo contar es que Dios me ha regalado un don tan grande que siento que me desborda por todos lados, que me sobrepasa y no lo puedo abarcar. Cada momento de la ordenación fue muy especial y lo viví intensamente. Pero sobre todo en las letanías de los santos, donde sentí que no estoy solo, que cada uno de ellos está intercediendo por mí. Fue muy intenso el momento de la oración consecratoria, donde fui ordenado sacerdote para siempre. Otro de los momentos intensos fue la unción con el santo crisma: saber que estas manos que son ungidas, son las que consagraran el pan y el vino. Y así podría seguir con cada rito. La primera misa en Cañada de Gómez, ha sido muy emotiva. Esa misma parroquia, que me vio crecer en mi vida de fe, abrió sus puertas para recibirme como sacerdote. En ese altar donde tantísimas veces se ha celebrado la Eucaristía, esa vez era yo el sacerdote que celebraba la misa. En esos momentos veía cuanta gracia Dios regala no sólo al que se ordenó sacerdote, sino también a los familiares, amigos, la comunidad y la Iglesia toda. Poder celebrar la Misa en mi parroquia parecía otro sueño, poder consagrar y distribuir el pan de la Eucaristía fue algo que no se puede expresar con palabas humanas.
-¿Qué significa ser sacerdote hoy en el mundo?-Creo que ser sacerdote hoy en el mundo es estar configurado con Cristo Buen Pastor, que sacia la sed y el hambre de la gente. La gente, aunque a veces no parezca, tiene mucha sed y hambre de Dios, y el sacerdote, a ejemplo de Jesús, tiene que estar para saciar a las gentes, llevar consuelo, salud, perdón, etc. Ser sacerdote es muchas veces abrazar la cruz y seguir el ejemplo de Jesús. Es dar la vida por Dios.
- ¿Cuáles son tus esperanzas para el ministerio sacerdotal?-Mi esperanza para el ministerio sacerdotal es en primer lugar poder llegar a ser un sacerdote santo, santificándome cada día a través del ejercicio del ministerio y también hacer que muchos alcancen la santidad. También espero poder ser instrumento de Dios para los jóvenes que tanto lo necesitan.
-¿Qué dirías a un joven que siente que Dios lo está llamando para el sacerdocio? -Al joven que pueda estar sintiendo el llamado de Dios les diría las mismas palabras con la que el Papa Juan Pablo II iniciaba su ministerio: “No tengan miedo, abran su corazón a Dios que no quita nada, sino que lo da todo” .Dios al llamarnos a ser sacerdotes, no nos quita nada al contrario, nos da el ciento por uno. Es hermoso ser ese instrumento de Dios para poder hacer que una criatura por medio del bautismo pueda ser hijo de Dios; de poder perdonar los pecados y absolverlos, logrando así su reconciliación con Dios; de poder celebrar el matrimonio y ser ese testigo del amor del varón y la mujer; de poder dar la unción y hacer que ese enfermo reciba el consuelo, la fortaleza y se una a Cristo sufriente; de poder consagrar el pan y vino que se convierte en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. ¡Joven no tengas miedo Dios te dará su gracia y te colmará de sus dones… animáte Dios espera tu respuesta!
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