PASTORAL VOCACIONAL: AÑO 2011

ESTE AÑO QUEREMOS FORMAR UNA GRAN COMUNIDAD QUE TRABAJE POR LAS VOCACIONES. SI TE INTERESA, ESTES DONDE ESTES EN ESTE MUNDO.
TE INVITAMOS A SUMARTE COMO MIEMBRO O SEGUIRNOS, COMENTAR LAS ENTRADAS, MANDARNOS MATERIAL, O CONSULTARNOS. ANIMATE
"Las vocaciones existen; lo que hay que hacer es despertarlas"
Juan Pablo II

SUBSIDIOS FORMATIVOS, REFLEXIONES Y ORACIONES.

1: CUADERNO DE ORACIONES. PARA SACERDOTES Y LAICOS. ADORACION EUCARISTICA, ORACIONES,ENSEÑANZAS DE SAN JUAN MARIA VIANNEY, JACULATORIAS, Y MUCHO MAS...
COMPILADO POR EL P. DAVID ROGANI
PARTE 1 PARTE 2

2: CAMINANDO HACIA UNA CULTURA VOCACIONAL.
TEXTO.

3: ME ESTA LLAMANDO DIOS???
SUBSIDIO PARA PENSARLO.

4: CATECISMO VOCACIONAL. NOCIONES BASICAS SOBRE LAS VOCACIONES Y LA PASTORAL VOCACIONAL. PUBLICADO POR EL CENTRO VOCACIONAL DE MONTERREY.
TEXTO

5: HISTORIA DEL SEMINARIO ARQUIDIOCESANO. BREVE RESUMEN DE SUS HECHOS MAS SIGNIFICATIVOS:

viernes, 24 de abril de 2009

Boletin Mayo 2009

Queridos hermanos:
“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo que en su gran misericordia nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva…” (1 Ped. 1, 3)
1) A la luz de la Pascua saludo a todos con la alegría propia de este tiempo. También éste es el tiempo de la XVI Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y por eso les adjunto el mensaje de nuestro Papa Benedicto XVI para este año. Sería muy oportuno que lo puedan meditar e incluso inspirándose en sus palabras rezar ante el Santísimo en estos días en que muchos realizarán actividades con ocasión de esta Jornada. En estos días los seminaristas visitarán algunas parroquias del 7 al 10 de mayo. Pidamos a Dios abundantes frutos de estas actividades y visitas de los seminaristas y de todo lo relacionado con la Jornada.
2) Nuestro Arzobispo Mons. José Luis Mollaghan nos hace llegar la fecha de las próximas Ordenaciones Sacerdotales en la Arquidiócesis que Dios mediante él presidirá, será el 6 de agosto del corriente año, contando especialmente con la intercesión del Cura de Ars, en la especial conmemoración de este año que coincide con el 150º aniversario de la muerte del santo Cura de Ars. El Papa subrayó que en este Año especial se pedirá por los sacerdotes, para favorecer la inclinación de los sacerdotes hacia el llamado al seguimiento de Jesús, a su espiritualidad, de la que, sobre todo, depende la eficacia de su ministerio.
3) Saludamos desde el Boletín al Curso Introductorio que hizo su ingreso el día 29 de marzo. Los nombres de los jóvenes son:
  • Martín Bello - Pquia. Inmaculada Concepción - Bell Ville
  • Diego Casadei - Pquia. San Juan Bautista - Chañar Ladeado - Diócesis de Venado Tuerto.
  • Rogelio Echevarría - Pquia. Nuestra Sra. del Rosario - Sui Pacha, Diócesis de San Nicolás.
  • Gabriel Fernández - Pquia. San Antonio - San Lorenzo
  • Jorge Lombardi - Pquia. San Pedro - Casilda
  • Nicolás Martínez - Pquia. San Cayetano - San Nicolás
Me despido con las palabras de nuestro Papa: “No nos desanimamos ante las dificultades y las dudas, confiamos en Dios”.

Padre David Rogani


MENSAJE DEL PAPA PARA LA XVI JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES.
3 DE MAYO DE 2009 – IV DOMINGO DE PASCUA
Tema: « La confianza en la iniciativa de Dios y la respuesta humana»
Venerados Hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasión de la próxima Jornada Mundial de oración por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, que se celebrará el 3 de mayo de 2009, Cuarto Domingo de Pascua, me es grato invitar a todo el pueblo de Dios a reflexionar sobre el tema: La confianza en la iniciativa de Dios y la respuesta humana. Resuena constantemente en la Iglesia la exhortación de Jesús a sus discípulos: «Rogad al dueño de la mies, que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 38). ¡Rogad! La apremiante invitación del Señor subraya cómo la oración por las vocaciones ha de ser ininterrumpida y confiada. De hecho, la comunidad cristiana, sólo si efectivamente está animada por la oración, puede «tener mayor fe y esperanza en la iniciativa divina» (Exhort. ap. postsinodal Sacramentum caritatis, 26).
La vocación al sacerdocio y a la vida consagrada constituye un especial don divino, que se sitúa en el amplio proyecto de amor y de salvación que Dios tiene para cada hombre y la humanidad entera. El apóstol Pablo, al que recordamos especialmente durante este Año Paulino en el segundo milenio de su nacimiento, escribiendo a los efesios afirma: «Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nos ha bendecido en la persona de Cristo, con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor» (Ef 1, 3-4). En la llamada universal a la santidad destaca la peculiar iniciativa de Dios, escogiendo a algunos para que sigan más de cerca a su Hijo Jesucristo, y sean sus ministros y testigos privilegiados. El divino Maestro llamó personalmente a los Apóstoles «para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios» (Mc 3,14-15); ellos, a su vez, se asociaron con otros discípulos, fieles colaboradores en el ministerio misionero. Y así, respondiendo a la llamada del Señor y dóciles a la acción del Espíritu Santo, una multitud innumerable de presbíteros y de personas consagradas, a lo largo de los siglos, se ha entregado completamente en la Iglesia al servicio del Evangelio. Damos gracias al Señor porque también hoy sigue llamando a obreros para su viña. Aunque es verdad que en algunas regiones de la tierra se registra una escasez preocupante de presbíteros, y que dificultades y obstáculos acompañan el camino de la Iglesia, nos sostiene la certeza inquebrantable de que el Señor, que libremente escoge e invita a su seguimiento a personas de todas las culturas y de todas las edades, según los designios inescrutables de su amor misericordioso, la guía firmemente por los senderos del tiempo hacia el cumplimiento definitivo del Reino.
Nuestro primer deber ha de ser por tanto mantener viva, con oración incesante, esa invocación de la iniciativa divina en las familias y en las parroquias, en los movimientos y en las asociaciones entregadas al apostolado, en las comunidades religiosas y en todas las estructuras de la vida diocesana. Tenemos que rezar para que en todo el pueblo cristiano crezca la confianza en Dios, convencido de que el «dueño de la mies» no deja de pedir a algunos que entreguen libremente su existencia para colaborar más estrechamente con Él en la obra de la salvación. Y por parte de cuantos están llamados, se requiere escucha atenta y prudente discernimiento, adhesión generosa y dócil al designio divino, profundización seria en lo que es propio de la vocación sacerdotal y religiosa para corresponder a ella de manera responsable y convencida. El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda oportunamente que la iniciativa libre de Dios requiere la respuesta libre del hombre. Una respuesta positiva que presupone siempre la aceptación y la participación en el proyecto que Dios tiene sobre cada uno; una respuesta que acoja la iniciativa amorosa del Señor y llegue a ser para todo el que es llamado una exigencia moral vinculante, una ofrenda agradecida a Dios y una total cooperación en el plan que Él persigue en la historia (cf. n. 2062).
Contemplando el misterio eucarístico, que expresa de manera sublime el don que libremente ha hecho el Padre en la Persona del Hijo Unigénito para la salvación de los hombres, y la plena y dócil disponibilidad de Cristo hasta beber plenamente el «cáliz» de la voluntad de Dios (cf. Mt 26, 39), comprendemos mejor cómo «la confianza en la iniciativa de Dios» modela y da valor a la «respuesta humana». En la Eucaristía, don perfecto que realiza el proyecto de amor para la redención del mundo, Jesús se inmola libremente para la salvación de la humanidad. «La Iglesia –escribió mi amado predecesor Juan Pablo II– ha recibido la Eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el don por excelencia, porque es don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación» (Enc. Ecclesia de Eucharistia, 11).
Los presbíteros, que precisamente en Cristo eucarístico pueden contemplar el modelo eximio de un «diálogo vocacional» entre la libre iniciativa del Padre y la respuesta confiada de Cristo, están destinados a perpetuar ese misterio salvífico a lo largo de los siglos, hasta el retorno glorioso del Señor. En la celebración eucarística es el mismo Cristo el que actúa en quienes Él ha escogido como ministros suyos; los sostiene para que su respuesta se desarrolle en una dimensión de confianza y de gratitud que despeje todos los temores, incluso cuando aparece más fuerte la experiencia de la propia flaqueza (cf. Rm 8, 26-30), o se hace más duro el contexto de incomprensión o incluso de persecución (cf. Rm 8, 35-39).
El convencimiento de estar salvados por el amor de Cristo, que cada Santa Misa alimenta a los creyentes y especialmente a los sacerdotes, no puede dejar de suscitar en ellos un confiado abandono en Cristo que ha dado la vida por nosotros. Por tanto, creer en el Señor y aceptar su don, comporta fiarse de Él con agradecimiento adhiriéndose a su proyecto salvífico. Si esto sucede, «la persona llamada» lo abandona todo gustosamente y acude a la escuela del divino Maestro; comienza entonces un fecundo diálogo entre Dios y el hombre, un misterioso encuentro entre el amor del Señor que llama y la libertad del hombre que le responde en el amor, sintiendo resonar en su alma las palabras de Jesús: «No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure» (Jn 15, 16).
Ese engarce de amor entre la iniciativa divina y la respuesta humana se presenta también, de manera admirable, en la vocación a la vida consagrada. El Concilio Vaticano II recuerda: «Los consejos evangélicos de castidad consagrada a Dios, pobreza y obediencia tienen su fundamento en las palabras y el ejemplo del Señor. Recomendados por los Apóstoles, por los Padres de la Iglesia, los doctores y pastores, son un don de Dios, que la Iglesia recibió de su Señor y que con su gracia conserva siempre» (Lumen gentium, 43). Una vez más, Jesús es el modelo ejemplar de adhesión total y confiada a la voluntad del Padre, al que toda persona consagrada ha de mirar. Atraídos por Él, desde los primeros siglos del cristianismo, muchos hombres y mujeres han abandonado familia, posesiones, riquezas materiales y todo lo que es humanamente deseable, para seguir generosamente a Cristo y vivir sin ataduras su Evangelio, que se ha convertido para ellos en escuela de santidad radical. Todavía hoy muchos avanzan por ese mismo camino exigente de perfección evangélica, y realizan su vocación con la profesión de los consejos evangélicos. El testimonio de esos hermanos y hermanas nuestros, tanto en monasterios de vida contemplativa como en los institutos y congregaciones de vida apostólica, le recuerda al pueblo de Dios «el misterio del Reino de Dios que ya actúa en la historia, pero que espera su plena realización en el cielo» (Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Vita consecrata, 1).
¿Quién puede considerarse digno de acceder al ministerio sacerdotal? ¿Quién puede abrazar la vida consagrada contando sólo con sus fuerzas humanas? Una vez más conviene recordar que la respuesta del hombre a la llamada divina, cuando se tiene conciencia de que es Dios quien toma la iniciativa y a Él le corresponde llevar a término su proyecto de salvación, nunca se parece al cálculo miedoso del siervo perezoso que por temor esconde el talento recibido en la tierra (cf. Mt 25, 14-30), sino que se manifiesta en una rápida adhesión a la invitación del Señor, como hizo Pedro, que no dudó en echar nuevamente las redes pese a haber estado toda la noche faenando sin pescar nada, confiando en su palabra (cf. Lc 5, 5). Sin abdicar en ningún momento de la responsabi-lidad personal, la respuesta libre del hombre a Dios se transforma así en «corresponsabilidad», en responsabilidad en y con Cristo, en virtud de la acción de su Espíritu Santo; se convierte en comunión con quien nos hace capaces de dar fruto abundante (cf. Jn 15, 5).
Emblemática respuesta humana, llena de confianza en la iniciativa de Dios, es el «Amén» generoso y total de la Virgen de Nazaret, pronunciado con humilde y decidida adhesión a los designios del Altísimo, que le fueron comunicados por un mensajero celestial (cf. Lc 1, 38). Su «sí» inmediato le permitió convertirse en la Madre de Dios, la Madre de nuestro Salvador. María, después de aquel primer «fiat», que tantas otras veces tuvo que repetir, hasta el momento culminante de la crucifixión de Jesús, cuando «estaba junto a la cruz», como señala el evangelista Juan, siendo copartícipe del dolor atroz de su Hijo inocente. Y precisamente desde la cruz, Jesús moribundo nos la dio como Madre y a Ella fuimos confiados como hijos (cf. Jn 19, 26-27), Madre especialmente de los sacerdotes y de las personas consagradas. Quisiera encomendar a Ella a cuantos descubren la llamada de Dios para encaminarse por la senda del sacerdocio ministerial o de la vida consagrada.
Queridos amigos, no os desaniméis ante las dificultades y las dudas; confiad en Dios y seguid fielmente a Jesús y seréis los testigos de la alegría que brota de la unión íntima con Él. A imitación de la Virgen María, a la que llaman dichosa todas las generaciones porque ha creído (cf. Lc 1, 48), esforzaos con toda energía espiritual en llevar a cabo el proyecto salvífico del Padre celestial, cultivando en vuestro corazón, como Ella, la capacidad de asombro y de adoración a quien tiene el poder de hacer «grandes cosas» porque su Nombre es santo (Cf. Lc 1, 49).

Domingo del Buen Pastor - 3 de mayo
Colecta para el Seminario
Ese día se realiza, o se prepara para el domingo siguiente, 10 de mayo, en toda la Arquidiócesis la colecta a favor del Seminario. No olvidemos lo fundamental: Pedir a Dios con confianza, con esperanza, nuevas vocaciones!!!

Próxima reunión: Martes 26 de mayo - Capilla Niño Dios

domingo, 5 de abril de 2009

Boletin Abril 2009

1) CARTA DEL PADRE DAVID:
Queridos hermanos: Les deseamos "la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de Nuestro Señor Jesucristo"(1 Tim 1,2) para que puedan celebrar piadosa y fructíferamente este tiempo litúrgico de gracia que es la Cuaresma, y que a través de la oración y la penitencia crezca en ustedes el amor a Dios y al Prójimo.
Con gran entusiasmo comienza nuestro período de reuniones y de trabajo en el que encomendamos a Dios, y al poder de su gracia, todos los esfuerzos y preocupaciones.
En particular lo hacemos dirigiendo la mirada a Jesús, el Hijo Único del Padre, que al morir nos dio prueba manifiesta de su amor. Y al celebrar ese amor con ocasión de la Pascua nos comprometemos a dar también nuestra vida,viviendo para ÉL y no para nosotros mismos (Cfr 2Cor. 5,14-15). Queremos "desgastarnos gustosamente"(Cfr 2 Cor 13,15) por Cristo por que Él al morir y dar la vida por nosotros nos redimió haciendo de nosotros nuevas criaturas que en consecuencia, ya no viven para sí.
El lema que inspirará nuestras oraciones y ofrendas de este 2009 está tomado de labios del pueblo Sicar, de la Samaria de tiempos de Jesús:"Sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo"(Cfr. Jn 4,42). Del tesoro inagotable de su gracia todos recibimos: mas aun en nuestra Arquidiocesís, ya que celebramos 75 años de vida y se nos ofrece la fuente de dicho tesoro !!!
Junto a María Santísima, Nuestra Señora del Rosario nos hacemos eco del llamado de Nuestro Arzobispo y de la Iglesia que en Aparecida nos invitan a misionar como discípulos del único Salvador, mostrando un renovado fervor en la tarea de sostener según los distintos modos , las vocaciones sacerdotales, realizando el mandato de rogar al Padre que envié nuevos operarios a su mies, que sean "dadores de Cristo" como cantamos a nuestra madre en el Himno del Rosario.
Dejándoles mis afectuosos saludos de Pascua, con el propósito de encontrarnos en la Misa Crismal junto a nuestro Pastor Monseñor Mollaghan, expresión litúrgica excelente de nuestra Arquidiócesis los bendigo en el Señor. Padre David Rogani.

2) NOTICIAS
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  1. Ingreso de los nuevos seminaristas:

    El domingo 1 de marzo ingresaron a nuestro Seminario Menor siete nuevos seminaristas. Cinco de ellos comienzan su primer año, ellos son:

    • Matías Amaya, de la Pquia. “Ntra. Sra. del Pilar” de Carcarañá.;
    • Axel Fernández, de la Pquia. “Ntra. Sra. de la Paz” de Villa Gobernador Gálvez
    • Jeremías Murúa, de la Pquia. “María Madre de la Iglesia” de Rosario.
    • Mauricio Valenzuela, de la Pquia. “Ntra. Sra. de Valle”, de Rosario.
    • Nelson Véliz, de la Pquia. “Ntra. Sra. de las Nieves”, de Rosario.

    Los otros dos se incorporaron respectivamente:

    • Rodrigo Álvarez, de la Capilla “Exaltación de la Santa Cruz” de la Pquia. “Cristo Rey”, de Rosario, al segundo año.
    • Octavio Gómez, de la Pquia. “Ntra. Sra. del Carmen” de Timbúes, al tercer año.

Damos gracias a Dios por estos seminaristas encomendándolos a nuestras oraciones junto con sus seres queridos que han colaborado generosamente con Dios al acompañarlos al Seminario en el inicio del ciclo lectivo.

Queremos saludar también a través de este boletín y felicitar a las familias Amaya, Fernández, Murúa, Valenzuela, Véliz, Álvarez y Gómez y a las comunidades parroquiales que pertenecen.

Dado que en el año 2008 el ingreso fue menor, numéricamente hablando, queremos también felicitar y saludar a través de este medio al Padre Diego Bulfoni quien durante ese año se esforzó en la realización de encuentros vocacionales y en el acompañamiento de los chicos que en numerosas ocasiones realizaron visitas al Seminario.

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  1. Fallecimiento Padre Pascual Bianco:

Hacemos también propósito en este lugar, de pedir a Dios por el Seminario Menor, por sus seminaristas, profesores y formadores. Sobre todo considerando la lamentable pérdida del padre Pascual Bianco que falleció, como ya muchos saben, imprevistamente en la casa “San Alberto” de Calamuchita el día jueves 29 de enero de este año. Con la esperanza puesta en el reencuentro feliz en la casa del Padre nuestro Arzobispo, los sacerdotes formadores, los seminaristas, el clero y los fieles despedimos al padre Pascual el sábado 31 cuando sus restos fueron inhumados en el cementerio del Seminario en medio de una gran tristeza, y a la vez, de una serena confianza en Dios, en su Providencia y en la resurrección de los muertos, certeza que da luz a los que creemos. Hacemos extensivas nuestras condolencias sinceras a la hermana del padre Pascual y a sus sobrinos a quienes el padre Pascual tanto quería.

Hacemos llegar también nuestro saludo al Diácono Javier Perelló que se suma, llamado por Dios y por nuestro Arzobispo, a la formación de los seminaristas menores. También a él lo tenemos presente en nuestras oraciones.

  1. Ingreso al Curso Introductorio:

El día 28 de marzo ingresarán tres jóvenes al curso introductorio de nuestro Seminario Arquidiocesano. Aún nos faltan datos más precisos pero los publicaremos en la próxima edición, Dios mediante.

Es necesario tomar conciencia de la importancia ineludible de pedir por las vocaciones, porque se experimenta una mayor necesidad de sacerdotes en nuestra Arquidiócesis para que llegue a cada rincón la Palabra de Cristo, Salvador del mundo, según el lema que elegimos este año.

Nos comprometemos a rezar también por el Padre Marcos Salarín, que es el formador del Curso Introductorio, y le hacemos llegar nuestro cálido saludo fraterno.

  1. Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones:

El próximo domingo 3 de mayo es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, y como también lo conocemos, domingo del Buen Pastor. En todas las parroquias se proclamará el Evangelio tomado de Jn 10, 11 - 18: “Yo Soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por la ovejas…”. Aún no se conoce el mensaje de Nuestro Papa para esa jornada pero ya preparamos nuestros corazones para celebrarla con gran alegría. Reiteramos:

Domingo del Buen Pastor - 3 de mayo

Colecta para el Seminario

Ese día se realiza en toda la Arquidiócesis la colecta a favor del Seminario. Que cada uno de nosotros pueda ser promotor de esta colecta tan necesaria a la vida del Seminario.


  1. Reunión de la Pastoral Vocacional con nuestro Obispo.

    El pasado viernes 20 de marzo nuestro Arzobispo, Monseñor Mollaghan, nos recibió en el Arzobispado junto al Padre Marcos Salarín, al Padre Nestor Negri y al Padre Carlos Acosta. Nosotros estábamos representados por el Padre David Rogani y las Sras. Clelia, Teresa, Matilde y Gertrudis.

    Monseñor expresó su deseo de que se pudiera realizar promoción vocacional en los decanatos y se interiorizó más aún de nuestro trabajo pidiéndonos estar en la próxima reunión del Consejo Presbiteral, con ocasión del “año sacerdotal” convocado por Benedicto XVI con motivo de los 150 años del fallecimiento del Cura de Ars, a partir del 19 de junio de este año.

Pedimos disculpas por no poder incluir las adhesiones. Ello se debió a contratiempos de último momento. Creemos que el problema se solucionará en la próxima edición.
PRÓXIMA REUNIÓN: MARTES 28 DE ABRIL EN LA CAPILLA NIÑO DIOS.

¿Por qué no ser sacerdote?

SERVICIO DE ASESORAMIENTO VOCACIONAL ON LINE

Estimado lector: te invitamos a que te sumes a este servicio que intenta de un modo anonimo, discreto y profesional poder ponernos en contacto con vos, y ser un primer interlocutor para poder acompañarte en dudas vocacionales, orientación o para profundizar algun aspecto de tu espiritualidad. Tambien para ayudarte a organizar la obra de vocaciones en tu parroquia. Gracias. Contacto: pvrosario@gmail.com

Vocacion Sacerdotal - Señor Danos Sacerdotes Santos

IMAGENES DE NUESTRO SEMINARIO ARQUIDIOCESANO SAN CARLOS BORROMEO