Queridos hermanos:
“Ustedes serán santos, porque Yo el Señor, Soy Santo” (cf. Lev. 19, 2)
Dando gracias a Dios porque nos reencontramos a través del boletín los saludo en su Hijo Jesús.
Les cuento que he podido participar de un encuentro nacional de referentes diocesanos de pastoral vocacional, sobre todo, la que incluye la acción tendiente a hacer surgir en el pueblo de Dios nuevos sacerdotes. Se realizó el 6 de julio en Buenos Aires, en nuestro blog encontrarán más precisiones.
En este número ofrecemos el alegre testimonio jubilar del padre Ramón Montón, cura párroco en Empalme - Villa Constitución, Pavón y Theobald que celebra cincuenta años sacerdotales. Y a partir de este número ofreceremos, fraccionadamente, un material disponible también en el blog referido al año sacerdotal. Por eso dispondrán de un fragmento de la vida del Cura de Ars que hace referencia a su preparación al sacerdocio con el que podrán rezar ante el Santísimo en sus parroquias. Quedando a disposición de ustedes los saludo fraternalmente.
Padre David Rogani
El Cura de Ars se prepara para ser sacerdote.
“…El curso escolar de 1813 a 1814 se abrió, después de los tradicionales días de retiro, poco antes de la fiesta de Todos los Santos.
A los 25 años tenía ya el aspecto de un asceta: el recogimiento, la modestia, la abnegación de sí mismo…¡Cuánto no hubo de sufrir al ver la esterilidad de sus esfuerzos! Nadie como él, en San Ireneo, deseaba el sacerdocio y nadie parecía estar más alejado… Pero qué colmo de pena, qué desaliento, cuando, “después de cinco o seis meses, los directores, pensando que no podría salir con ello, le rogaron que se retirara”.
¡Despedido aquel cuyas reliquias verán un día postrado bajo la cúpula de San Pedro de Roma al Soberano Pontífice, que las perfumará de incienso! Ésta fue la prueba más dura de toda su vida. Le oiremos después hablar con gusto de sus miserias y de sus contradicciones; jamás, al menos en cuanto sea posible recordarlo, hará alusión a aquella salida del Seminario Mayor.
Muchos de sus condiscípulos sintieron gran pena al verlo partir. Él, en cambio, aceptó aquella sentencia con resignación y sin queja…
…El Señor Balley (párroco vecino), que lo recibió en sus brazos y sobre cuyo corazón lloró amargamente, escuchó sus confidencias. Después tomó la palabra y aseguró de nuevo a su protegido que Dios le había elegido para servirle en el altar.
Era de todo punto necesario intentar un último esfuerzo.
Maestro y discípulo, después de haber orado juntos, pusieron manos a la obra. ..”
(Extraído de “Vida del Cura de Ars”, de F. Trochu)
Entrevista al Padre Ramón Montón - Bodas de oro Sacerdotales
“Señor, aquí estoy, para hacer tu voluntad…” (cf. Heb. 10, 7)
- ¿Cómo fue el llamado del Señor?
Pienso que la vocación se va confirmando en los años del seminario, cuando uno toma conciencia. Por lo pronto, de chico, cuando tenía cerca de 8 años, frecuentaba la parroquia de Timbúes, donde era párroco el P. Pedro Martino. El mismo padre, al ver que iba tanto, me preguntó: “¿No te gustaría venir al seminario?”. Y como todo chico que se entusiasma, no tardé mucho en decidirme y entrar.
- ¿Qué recuerdos tiene del seminario?
Me gustó mucho la convivencia. La gente pensaba que uno estaba como encerrado, pero no era así. En esa época éramos muchos, en divisiones de 30 o 40 chicos. Debe haber habido cerca de 200 seminaristas. Uno al comienzo no sabe la responsabilidad que va a asumir. Con los años lo asume, se prepara, rezando, conversando con los formadores y el director espiritual.
- ¿Cómo vivió los días de su Ordenación Sacerdotal y como fueron sus primeros pasos como sacerdote?
Junto conmigo se ordenaron cinco sacerdotes más. Es el día en el que se confirma la vocación, el llamado de Dios. Uno reconoce que no es digno de ser sacerdote, pone toda su voluntad para hacer las cosas como se debe y confía mucho en la gracia de Dios.
A mí y a mis compañeros nos ordenó el Cardenal Caggiano. En esos tiempos el Santo Padre pidió que los recién ordenados residieran en el seminario un año más y visitaran diferentes parroquia, para conocer las realidades.
Antes de completarse el primer año, es nombrado Arzobispo Monseñor Martínez, y a mí me llaman para ser su secretario durante un año, hasta su fallecimiento. Luego me llaman para ayudar en la Catedral de Rosario durante 3 meses. Posteriormente vicario en la parroquia de Lourdes de Rosario. Más tarde vicario en la ciudad de las Rosas, le siguió San Antonio centro, una vez más Las Rosas durante 7 meses y otra vez volver a San Antonio. Más tarde, fui nombrado párroco de Acebal durante todo un año. Por último, me nombran para acompañar al Padre Samuel Martino y hacerme cargo de la zona de los pueblos desde aquí en Empalme.
- ¿Cuánto tiempo lleva aquí en la Parroquia?
Aquí en la Parroquia Santa Teresa del Niño Jesús de Empalme estoy desde el año 64. Llevo 45 años. Cuando llegamos no había mucho. Viví en los comienzos en una casa que me facilitó una familia. Tuvimos que trabajar para tener todo esto, terminar la casa y poder habitarla.
-¿Qué mensaje daría a los jóvenes o a alguien que siente el llamado de Jesús a esta vocación sacerdotal?
Hoy es un poco difícil, hay muchas cosas en el mundo que atrapan a los jóvenes. Pero si sienten o experimentan el llamado de Dios que traten de ser generosos. El llamado, si es de Dios se confirma en el seminario. Hay que confiar en la gracia de Dios que se manifiesta. El sacerdocio es algo muy grande, no somos dignos. Pero debemos ser instrumentos, hacer las cosas lo mejor posible, así Dios hace su obra.
Ordenaciones Sacerdotales
Jueves 6 de agosto 19:30hs. en la Parroquia Santísimo Sacramento
En el Año Sacerdotal damos gracias a Dios por los Diáconos, llamados por Jesús.
Fabián Belay - Gastón De Donatis - Román Lucero
Hernán Medicina - Javier Perelló - Jorge Poggetti
Próxima reunión: martes 25 de agosto, 15:30hs. Capilla Niño Dios.
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